Acciones genómicas y no genómicas de vitamina D en enfermedades inflamatorias
Dr. Walter Manucha
Director Laboratorio de Farmacología Experimental Básica y Traslacional (IMBECU). Mendoza
Vicedirector Centro Científico y Tecnológico de Mendoza (CCT, CONICET). Mendoza
La vitamina D ejerce un amplio espectro de acciones extra esqueléticas, destacando su rol en la regulación de la inflamación. Tradicionalmente asociada a la regulación transcripcional mediada por su receptor (VDR), y más recientemente, se suman las vías no genómicas. Estas últimas, basadas en por ejemplo en interacciones proteína-proteína, permiten respuestas celulares inmediatas.
Respecto a la vía genómica, el complejo VDR-ligando recluta coactivadores y correpresores, lo que facilita o inhibe la transcripción de genes diana. Entre las vías de señalización activadas por el VDR se encuentran la vía de la proteína quinasa activada por mitógenos (MAPK) y la vía de NF-κB. Además, las modificaciones postraduccionales del VDR, como la fosforilación, pueden influir en su actividad transcripcional.
De interés, en el contexto de las enfermedades inflamatorias, la vitamina D emerge como un potente modulador de la respuesta inmune. Al interactuar con células inmunitarias como macrófagos, linfocitos T y células dendríticas, induce la producción de citoquinas antiinflamatorias y suprime la síntesis de aquellas proinflamatorias. Además, promueve la diferenciación de linfocitos T reguladores, células clave en la resolución de la inflamación.
La vitamina D también ejerce efectos epigenéticos, modulando la expresión génica a largo plazo a través de modificaciones en el ADN y las histonas. La metilación del ADN y las modificaciones de las histonas, como la acetilación y la metilación, pueden ser influenciadas por la vitamina D. Estas acciones podrían explicar la persistencia de los efectos de la vitamina D, incluso después de que los niveles séricos hayan retornado a la normalidad.
A pesar de las limitaciones, el potencial terapéutico de la vitamina D es innegable. No obstante, se requieren más investigaciones para elucidar completamente los mecanismos moleculares subyacentes a sus acciones y optimizar su uso clínico.
En conclusión, la vitamina D se revela como una molécula pleiotrópica con un profundo impacto en la fisiología y la patogénesis de diversas enfermedades, incluyendo aquellas de base inflamatoria. Su capacidad para modular tanto respuestas genómicas como no genómicas, así como sus efectos epigenéticos, la posicionan como una prometedora diana terapéutica. Sin embargo, se requieren más estudios para elucidar completamente los mecanismos moleculares subyacentes a sus acciones y optimizar su uso clínico.