Metástasis óseas. Qué debemos hacer?
Dra. Ana Galich
Médica Endocrinóloga
Integrante del Sector de Osteopatías Metabólicas del Hospital Italiano de Buenos Aires
Agentes antirresortivos en metástasis óseas. Las metástasis óseas (MTS) representan una complicación común y devastadora de numerosos tumores sólidos, en especial el cáncer de mama (CM), próstata (CP) y pulmón.
Los principales agentes antirresortivos empleados son el ácido zoledrónico (ZA) y denosumab (Dmab). Ambos demostraron eficacia en prevención de eventos óseos relacionados (SREs), presentando diferencias en toxicidad y perfil clínico.
Dmab fue superior en retrasar el primer SRE y reducir el número total de SREs respecto ZA, en tumores sólidos. En CP resistente a castración y CM metastásico, la eficacia de Dmab fue mayor o similar a ZA, con mejor control del dolor y menor uso de opioides. En prevención de MTS en enfermedad precoz (adjuvancia), ZA tiene un rol más definido. En CM precoz, Dmab no mostró beneficio en sobrevida ni en reducción de recurrencia ósea.
Dmab y ZA comparten efectos adversos como hipocalcemia y osteonecrosis de mandíbula (ONM). Según datos de vigilancia postmarketing (FAERS), ZA se asocia a mayor frecuencia de ONM y a reacciones inflamatorias intensas. Dmab parece ser menos inmunosupresor, preservando las células γδT y T activadas, mientras que ZA induce reducción significativa de estas células. La recuperación de ONM es mejor con Dmab, aunque ambos presentan riesgo acumulativo según duración del tratamiento.
Se evaluó ZA administrado cada 12 semanas en MTS controladas, sin pérdida de eficacia, y con menor toxicidad renal y sistémica. No existen datos que respalden el uso de Dmab con frecuencia mayor a mensual. Dada su vida media y mecanismo, espaciar su administración puede aumentar el riesgo de rebote de resorción ósea.
Los biosimilares de Dmab, han demostrado ser alternativas eficaces y seguras para el tratamiento de MTS en tumores sólidos. Son potencialmente más accesibles, manteniendo la eficacia en la prevención de eventos esqueléticos.
En paralelo, algunos microRNAs como miR-10b, miR-21 y miR-203, están implicados directamente en la predisposición o inhibición de MTS. La detección de esos miRNAs podría anticipar el riesgo de MTS antes de ser clínicamente evidente, abriendo nuevas oportunidades.
Conclusión: La elección entre ZA y Dmab dependerá del paciente, la función renal, adherencia esperada, riesgo de hipocalcemia y la presencia previa de ONM. Dmab ofrece mayor eficacia en prevenir SREs en enfermedad avanzada. ZA tiene un rol importante por menor costo y eficacia comprobada en adyuvancia.